Qué es y cómo se supera la dependencia emocional

Una de cada tres parejas en España tiene problemas en sus relaciones por la dependencia emocional de uno de ellos hacia el otro. Si no se aborda a tiempo este problema, puede desencadenar episodios de celos, violencia de género, posesión o intento de dominación y ruptura. Por esto, al menor indicio, es recomendable acudir a la consulta de un psicólogo experto en la materia, que ayude a la persona a superar esta enfermedad mental, o patología psicológica.

Qué es y cómo se supera la dependencia emocional. Existe un consenso generalizado de que la dependencia emocional es una necesidad afectiva extrema y continuada, que una persona siente hacia otra. Se suele dar, sobre todo, en el ámbito de la pareja. Pero también puede tener lugar con familiares y amigos.

Para superar esta psicopatología, lo mejor es recurrir cuanto antes a un gabinete de psicólogos expertos en la materia, que pongan al enfermo en tratamiento. Tratamiento dependencia emocional que sólo los verdaderos especialistas pueden aplicar con garantías de éxito.

No es amor; es enfermedad

Se dice vulgarmente que “hay amores que matan”. Pero la dependencia emocional no es amor y, por tanto, no es un exceso del sentimiento amoroso. Lo que sí hace la dependencia emocional es agobiar a la persona de la cual se depende emocionalmente. Agobiarla hasta extremos insospechados, y convertirla en una obsesión enfermiza.

Es importante subrayar que esta patología psicológica no consiste en una dependencia material, económica o por alguna minusvalía o indefensión personal, sino que es una dependencia exclusivamente emocional y afectiva.

Pánico a la ruptura

Los expertos en el tratamiento de la dependencia emocional consideran que los seres humanos somos seres sociales por naturaleza, por lo que tenemos una tendencia innata a construir relaciones y generar lazos de confianza con los demás. Las relaciones personales son imprescindibles para la salud, pero en ocasiones pueden volverse inestables y destructivas, como cuando aparecen problemas de dependencia.

La dependencia emocional consiste, básicamente, en la mencionada necesidad afectiva extrema que una persona siente con respecto a otra. La persona dependiente se somete, idealiza y magnifica a esa otra y siente un apego enfermizo hacia ella. Esto la incapacita para romper la relación, aun cuando sea consciente de que le causa infelicidad y la afecta de manera negativa a su autoestima.

Es más, es muy habitual que un paciente que se está tratando de dependencia emocional confiese sentir verdadero pánico sólo de pensar en una hipotética ruptura. Y si dicha ruptura se produce, la persona dependiente suele vivir una extraordinaria angustia, episodios de ansiedad e incluso caer en una profunda depresión.

Repiten el patrón de conducta

Pero este tipo de personas enfermas no escarmienta, puesto que tras sufrir dicha ruptura emocional que tanto les ha atormentado y esclavizado. tienden a iniciar nuevas relaciones con un patrón muy similar. Y la historia se repite.

De la dependencia emocional también son víctimas los niños, y esto se ha puesto de manifiesto especialmente durante el largo confinamiento de la pasada primavera en España, tal como se informó en su día en Psicología Práctica.

¿Cómo se trata la dependencia emocional?

No es fácil cambiar la manera de relacionarse con las pautas de conducta que se han adquirido en la infancia. Por ello, es recomendable buscar apoyo psicológico especializado para revertir la dependencia emocional.

Los psicólogos especializados ayudan a sus pacientes a modificar su funcionamiento psíquico, para que dejen de otorgar a los demás un poder excesivo e injustificado. Durante el tratamiento, intentan conseguir en sus pacientes, dependientes, una modificación de la idea que tienen de sí mismos; un cambio de la idea que tienen de los demás y una transformación de los pensamientos sobre las consecuencias “terribles” que puede tener la confrontación con el otro.

Aprender a ser uno mismo

Cuando este trabajo terapéutico funciona, el paciente puede pensar distinto a su pareja y expresar lo que siente sin miedo a perderla, sabiendo que si no comparte lo que ella expresa no es por algo malo de él o de ella.

De esta forma, el dependiente lo es cada vez menos. Esto se nota porque pierde el temor constante a ser desautorizado o criticado, a sentirse desplazado, distanciado o abandonado por su pareja. Aprende a ser él mismo.

La consecuencia de este cambio es poder disfrutar de una vida propia. Y esto se notará en todas las áreas de la vida del afectado o afectada.

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