La procrastinación es un proceso mental por el cual posponemos o aplazamos las tareas principales que nos hemos propuesto por otras de menor importancia. ¿Cuántas veces sabemos que debemos terminar una tarea y la posponemos para hacer otra mucho menos urgente? Seguro que varias veces…
Dejar de terminar un informe, dejar de estudiar un tema para el examen para hacer otra actividad como limpiar, mirar el móvil o consultar las noticias. Esta serie de fenómenos se producen a diario, dejamos a un lado los objetivos principales marcados y nos ponemos a hacer otra cosa menos incómoda.
Hay personas que deciden dejar totalmente de lado la tarea principal para emplear su tiempo en ocio, como ver series, consultar las redes sociales o ver las noticias. Hay otros procrastinadores que se sienten tan mal consigo mismos al posponer una tarea, que deciden hacer otra relacionada, pero no tan importante. En este grupo tenemos a los estudiantes que deben estudiar una materia tediosa y la posponen por estudiar otra más agradable. O al oficinista que prefiere terminar el informe de un cliente más llevadero que aquel informe tan costoso y que requiere tanta concentración.
Por otro lado, hay un grupo de procrastinadores que aplazan su tarea principal por una tarea poco relacionada que no implica ocio. Por ejemplo, cambian estudiar ese temario infernal por limpiar la casa.
Evitar la procrastinación
Pensamiento futuro
La procrastinación está relacionada con la pereza y el agotamiento mental. Un buen comienzo para superarla es pensar en cómo nos sentiremos después de finalizar la otra tarea, la tarea fácil. Lo más lógico es que nos sintamos quizá más agobiados por haber pospuesto la tarea importante. Tendremos menos tiempo para completarla exitosamente y estaremos más agotados, lo que implicará menos eficacia para completarla como queríamos.
La procrastinación implica ineficiencia y poca productividad.
Reducción de la tarea
Otro de los consejos que os dejamos para evitar la procrastinación tiene que ver con la fijación de objetivos y la motivación.
Cuando fijamos un objetivo costoso, tendemos a sufrir un agotamiento mental fruto de la ansiedad antes de empezar. Para evitar este bloqueo al comenzar, es cambiar de estrategia y dividir la tarea en varias partes. De esta manera conseguiremos alcanzar los pequeños objetivos, ganar motivación y mejorar la productividad.