A muchos nos llega el día que analizamos nuestros hábitos y descubrimos que estamos prestándole poca atención al cuidado de nuestra salud. Todos estamos familiarizados con los aportes vitamínicos y proteicos que pueden encontrarse en alimentos que cuya preparación es muy común en todos los hogares; pero, ¿cuántas de estas comidas estamos incorporando en nuestra alimentación?
Os ofrecemos una pequeña guía para poder variar tu ingesta para así mejorar tu salud con todo tipo de nutrientes que te aportarán las vitaminas que necesitas para rendir eficazmente en tu día a día.
¿Qué son las vitaminas y los minerales?
Las vitaminas son una fuente de protección para nuestra organismo que nos ayuda a prevenir la contracción de enfermedades.
- La vitamina A ayuda a prevenir enfermedades que afectan al órgano de la vista. Es recomendable tomar brócoli, espinaca, leche, huevo…
- La vitamina B comparte algunas propiedades con la vitamina A, pero además puede protegernos de agentes que atacan al sistema neurológico. Algunos alimentos que la incluyen son cereales, arroz integral, patatas, espárragos…
- La vitamina C nos protege de la anemia. Se encuentra principalmente en frutas y verduras.
- La vitamina D está destinada a prevenir enfermedades osteopáticas que dañan y debilitan los huesos. La mejor fuente de esta vitamina es el sol.
Existen muchos más tipos de vitaminas halladas en muchos más tipos de alimentos, por eso recomendamos un poco de búsqueda sobre el tema para así complementar tu dieta y hacerla más saludable.
Tampoco hay que descuidar la toma de alimentos ricos en minerales, y en concreto se destaca el hierro como mineral fundamental para el desarrollo físico saludable de niños y adolescentes que les protege de enfermedades y garantiza un crecimiento adecuado. La ingesta de alimentos con hierro se ha convertido como elemento clave recomendado por dietistas para corregir ciertos problemas funcionales de nuestro organismo.
Podemos encontrar buenas fuentes de hierro en alimentos como la carne, moluscos, ciertos tipos de legumbres, espinacas… Todo fácilmente al alcance de cualquier supermercado.
Cambiar el hábito de fumar, ¿tan imposible como parece?
No se puede hablar de la adquisición de hábitos más saludables para mejorar nuestra salud día a día sin mencionar el fenómeno del tabaquismo. Una costumbre social altamente nociva que nunca acaba de extinguirse del todo. Sin embargo, sí que sufre ciertas transformaciones en forma de alternativas que nos abre la puerta a nuevas opciones menos dañinas.
Es sabido por la inmensa mayoría de personas que el tabaco es parcialmente una adicción causado por sustancia en sangre (en este caso, la nicotina) y, mayormente, una adicción psicológica. No es tanto lo que fumamos, sino el hecho y la acción de fumar en ciertos contextos.
Tal es la expansión de esta rama de alternativas que ha generado otro fenómeno social, existiendo a día de hoy incluso clubes sociales donde practicar esta nueva afición: el llamado vaping, o consumo de cigarrillos eléctricos de vapor. Muchos manifiestan cómo esta alternativa realmente les ha hecho evitar el consumo de nicotina al completo; a pesar de continuar con la inhalación de humo, al ser vaporizado apenas afecta tanto al pulmón.
No es una opción cara en absoluto y parece estar surtiendo más efecto que otros remedios que terminaron cayendo en el olvido como los parches, chicles e incluso terapias de hipnosis. Si te interesa saber más sobre cigarrillos eléctricos puedes pinchar aquí para conocer más datos y testimonios de personas que han dejado de consumir paquetes de tabaco y los han sustituidos por los aromas afrutados del vaping.