El miedo a hablar en público es un sensación común para las personas que han tenido que lidiar alguna vez con exposiciones, conferencias o reuniones. La ansiedad y el estrés son los síntomas más evidentes para este tipo de situaciones, aunque existen otros como mareos y dolor de cabeza.
Para manejar el miedo a hablar en público, primero debemos entender la causa principal. Scott Berkun, conferenciante y escritor nos indica que una de principales razones del miedo a hablar en público proviene del propio desarrollo de nuestro cerebro.
Como dice Berkun, históricamente hablar en público «significaba altas probabilidades de ser atacado, ya que predisponía una situación de debilidad siendo un blanco fácil para los ataques… Nuestros antepasados, los que sobrevivieron, desarrollaron una respuesta de miedo antes estas situaciones«.
Entender que nuestro cerebro no puede distinguir entre una amenaza real (una manada de lobos a punto de atacarte) y una amenaza imaginaria (un grupo de tus compañeros viendo tu presencia) es el primer paso para superar el miedo.
Aquí os dejamos algunos consejos prácticos para manejar el miedo a hablar en público:
Prepara la exposición al detalle
Parece obvio que una buena preparación del tema de la conferencia o exposición es una de las claves para manejar la ansiedad de hablar en público.
Cuanto más conozcamos sobre la temática que vamos a tratar, más seguros estaremos de nuestro discurso, sobre todo si hay preguntas de la audiencia.
Pensamientos positivos para combatir el miedo
Una de las claves para rebajar la ansiedad es convertir nuestros pensamientos catastrofistas en pensamientos positivos. Antes de realizar una ponencia o exposición, solemos tener pensamientos del tipo “¿Qué pasa si me quedo en blanco? ¿Qué respondo si me preguntan acerca del tal tema?
Debemos evitar estos pensamientos y sustituirlos por pensamientos positivos que impidan que nuestro nivel de estrés aumente.
La práctica es la llave a una buena presentación
Para superar nuestro miedo a hablar en público debemos practicar tanto como podamos. La terapia de exposición es sin duda la más efectiva en este tipo de casos, lo que nos indica que cuanto más practiquemos más a gusto estaremos ante una audiencia.
Práctica en casa sólo para preparar el tema, llama a algunos amigos o familiares cuando tengas el tema bien preparado.
También puedes comenzar con una cámara en casa, grabándote e intentando mejorar tu presentación corrigiendo errores en el discurso.
Prepara algunos temas por si te quedas en blanco
Muchos conferenciantes utilizan temas o historias para los momentos de silencio o cuando no recuerdan cómo continuar con su exposición. La participación del público te podrá ayudar para salir airoso de algunas exposiciones, aunque debes estar seguro de que tu audiencia conoce el tema y le interesa participar.
