Cuidar la salud mental: una prioridad tras el Covid

La pandemia del coronavirus va menguando y, poco a poco, parece que vemos la luz al final del túnel ante tantas malas noticias.

Las curva de contagios y hospitalizaciones parece que deja de ser una prioridad, ya que el coronavirus ha visto reducida su incidencia tras las vacunas.

No obstante, existen una serie de patologías asociadas al Covid-19 que hoy queremos tratar en este artículo. La mayoría de estas patologías no son físicas, aunque hay muchos casos de secuelas o covid persistente.

Las secuelas de las que os hablamos han aparecido a nivel social, provocadas por un cambio en las prioridades de muchas personas y, sobre todo, a nivel mental. Durante la pandemia hemos visto como los casos de terapias psicológicas se han multiplicado dada la situación tan anómala que hemos y seguimos viviendo como sociedad.

La salud mental ya no parece ser un tema tabú a nivel social y muchas personas admiten abiertamente acudir a una terapia de psicología ya sea semanalmente o cada mes.

La ayuda de un buen psicólogo o psicóloga en estos casos se vuelve un apoyo imprescindible, ya que con la pandemia han aumentado de forma alarmante los casos de depresión, ansiedad, rupturas de pareja, soledad, baja autoestima, etc.

El hospital de Fuerteventura más popular en esta isla nos afirma cómo las solicitudes para la unidad psicológica se han multiplicado desde 2020. Muchas personas buscan la mejor alternativa para lidiar con problemas emocionales, unos problemas que tienen similitudes con las lesiones físicas ya que necesitan un tratamiento por parte de un especialista.

A qué se debe este cambio social

En estos momentos, podemos afirmar que existen numerosos factores que afectan tanto a las relaciones de amistad como de pareja, todos ellos relacionados con el Covid-19.

La situación social que estamos viviendo ha provocado distanciamiento entre personas que no quieren contraer la enfermedad, personas que no creen que sea una enfermedad fuerte, usuarios que piensan que sus amigos se podrían haber comportado de otra forma, distanciamiento entre familiares con riesgo, etc.

Es interesante ver cómo han aumentado los casos de ansiedad entre jóvenes, que han visto como las limitaciones y restricciones implementadas han sido y son un problema bastante serio para mantener las relaciones sociales y vivir al máximo esta época.

Además, a esto debemos sumar el profundo dolor que tenemos al perder a personas importantes formaban parte de nuestra vida pero que, por desgracia, no han podido superar la enfermedad.

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