entrenar al cerebro para ser más feliz

Entrenar a tu celebro para ser más feliz

Ahora con el buen tiempo son muchas las personas que han empezado a hacer dietas y a apuntarse al gimnasio. Existe un gran deseo para poder sentirnos más a gusto con nuestros cuerpos.

¿Pero podemos hacer lo mismo con nuestro cerebro?

¿Podemos entrenar nuestro cerebro?

¿Es posible ser más felices con este tipo de entrenamientos?

Los estados de felicidad

Existen muchas definiciones de felicidad, tantas como personas habitan en este planeta. Pero podemos contemplar también la felicidad como un estado mental, formado por emociones como: la alegría, el optimismo y la serenidad (entre algunas de ellas). Estos estados y emociones son comunes a todos los seres humanos y podemos trabajar para acercarnos a ellos.

En primer lugar, debemos ganar más consciencia de cuáles son nuestros estados emocionales en el momento presente.

A veces, se hace difícil pararse y simplemente darse cuenta de: ¿cómo me siento ahora?

Puede que sólo nos preguntemos acerca de nuestros sentimientos o emociones cuando estamos desbordados, pero a lo largo del día son muchas las sensaciones que podemos experimentar.

Una vez reconocemos como estamos, por ejemplo: “me siento alegre”, “me siento estresada”, “me siento contento” … Esto nos lleva a poder plantearnos un cambio en estos mismos niveles de emocionalidad.

Las rutinas del día a día

Para ello tenemos que reconocer si estamos en algún tipo de rutina o hábito de conducta. Por ejemplo, si te das cuenta que te sientes nervioso/a, puede que reconozcas que estás yendo a trabajar cada mañana con un margen de tiempo muy justo, con lo que estás continuamente sufriendo por llegar a la hora adecuada. Estos estados mentales y emocionales son los que nos restan y nos alejan de nuestra felicidad.

Si queremos ser felices hemos de orientarnos hacia estados mentales y emocionales que nos permitan sentirnos bien. No es cuestión de bloquear las emociones más negativas o disfuncionales (usamos estos términos para poder entendernos), sino aceptarlas como emociones y sentimientos naturales, y luego dirigir nuestra atención hacia otros estados más positivos.

Rutinas de felicidad

A la larga somos seres de hábitos y rutinas. Para ello podemos entrenar nuestro cerebro para que siga unos mejores patrones de pensamiento y comportamiento.

Por ejemplo, hay actividades que nos ayudan a conectarnos con la alegría, con el optimismo y con la serenidad, como serían el leer un buen libro o escuchar tu música favorita, el charlar con un buen amigo/a, meditar o tomarte un baño relajante.

Estas actividades no son difíciles de hacer, nos cuestan porque muchas veces vamos con el piloto automático y no nos damos el permiso para cuidarnos.

El cerebro humano necesita un tiempo para generar nuevos hábitos o pautas conductuales. Es por esta razón que a las personas les cuesta tanto mantenerse firmes en sus propósitos. Pero también podemos contemplarlo desde la perspectiva de que cada vez que hacemos una actividad para ser más felices, esto ya nos está ayudando a mejorar nuestro estado de ánimo.

Quizás meditar un día no te hace una persona muchísimo más feliz, pero a la larga, cada día puedes ir sintiéndote un poco mejor, hasta que instaures ese nuevo hábito.

O también tenemos el caso de las personas que deciden salir a correr o a hacer deporte. Quizás en la primera semana no notarán grandes cambios, pero con el tiempo sí que van a sentirse mucho mejor consigo mismos/as.

Educar al cerebro para la felicidad

Esta es la clave de la felicidad, enseñar a nuestro cerebro esas pautas y rutinas para que cada día podamos crecer un poco más.

Cuando tengamos instaurados todos estos nuevos hábitos, entonces será mucho más fácil de mantenerlos. Al crear una rutina a nivel neurológico se han formado unas conexiones neuronales mucho más resistentes y esto permite que podamos acceder a estas funciones o pautas de una manera fácil y simple. Sería lo que se denomina un proceso de automatización.

Cada vez que repitamos estas mismas conductas generaremos una activación neuronal de las mismas áreas cerebrales y de las mismas neuronas, reforzando más estas rutas de información. Por esto es tan fácil para alguien que lleva meditando dos meses, dedicarse unos minutos al día para centrarse en sí mismo/a y tan difícil para alguien que acaba de empezar.

Está en tus manos generar todas estas nuevas rutinas positivas. Tú puedes conectarte con esta felicidad y hacer que tu cerebro se convierta en tu gran aliado.

Fuente:

Aubelle, T., Wencl, S., Reynolds, S. (2011). Train Your Brain to Get Happy: The Simple Program That Primes Your Grey Cells for Joy, Optimism, and Serenity. Avon: Adams Media.

Autores:

Oriol Lugo y Ana Farré, son psicólogos e investigadores de la Universidad Ramon Llull de Barcelona

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