Para nadie es un secreto que cada vez contamos con más opciones tecnológicas para informarnos, hacer gestiones, aprender, entretenernos y comunicarnos. Algo que evidentemente puede facilitarnos el día a día en muchas cosas, pero que (como pasa con todo) debería empezar a preocuparnos si notamos que se nos está yendo de las manos.
Como a veces es difícil saber cuándo hemos sobrepasado el límite de lo saludable (algo que por suerte puede solucionarse mediante un buen tratamiento adicción a las nuevas tecnologías), hemos elaborado una lista con algunos factores que deberían ponernos sobre aviso.
¿Qué es exactamente la adicción a las tecnologías?
Cuando nos referimos a una adicción a las tecnologías, hablamos de un inadecuado y desmedido uso de videojuegos, móviles, ordenadores o Internet.
Esto ocasiona que la persona utilice cada vez más estos dispositivos, llegando a perder de manera gradual la capacidad de gestionar el tiempo y el modo de uso, ocasionándose un malestar (que puede derivar en ansiedad y estrés) cuando no puede acceder a estos.
Principales síntomas
- Desatiendes tus actividades diarias.
- Le quitas horas al sueño con tal de estar conectado.
- Desarrollas una enorme dependencia digital que incluso te incapacita para llevar a cabo actividades y gestiones habituales cuando no hay uso de tecnologías de por medio.
- Cambios en el estado de ánimo. Por ejemplo, mal humor, tristeza e irritabilidad cuando alguien hace alusión a una posible adicción o en los momentos en los que puedes acceder a tus dispositivos tecnológicos.
- Usas las la tecnología para relacionarte, pero paradójicamente limitas el contacto directo con las personas que hay a tu alrededor.
Estos síntomas son menos frecuentes, pero también son unos fuertes indicativos de una adicción a la tecnología:
- Tienes un fuerte sentimiento que hace que tengas la necesidad de buscar información de los temas que te interesan constantemente.
- Necesitas disponer de las últimas novedades tecnológicas para sentirte bien.
- Una fuerte dependencia de las interacciones en las redes sociales. Sientes un gran malestar si, por ejemplo, no obtienes los “me gusta” o comentarios esperados cuando publicas algo.
Consecuencias de esta adicción
- Pierdes la noción del tiempo.
- Te cuesta concentrarte.
- Tu mundo “real” queda prácticamente destruido, cediendo ese protagonismo a tu vida digital.
- La comunicación social y familiar se resiente.
- Una constante ansiedad. Sientes estrés y enfado.
- Desarrollas un miedo irracional a quedarte sin el móvil o batería. También a que no haya cobertura (esto es conocido como nomofobia)
Algunas recomendaciones
- Procura buscar algún reemplazo para la tecnología. Una buena idea es evitar usar el móvil para mirar la hora (es frecuente que una acción tan simple como esa active el disparador que haga que empieces a consultar tus últimos mensajes o las novedades de las redes sociales entrando en un bucle que puede durar horas).
- Incorpora a tu vida actividades que estén alejadas del uso de dispositivos tecnológicos y que incluso te ofrezcan la posibilidad de interactuar “cara a cara” con otras personas. Por ejemplo, algún deporte o clases de baile.
- Algo que también puede serte de mucha ayuda es limitar los horarios de uso. Una buena idea para llevar esto a cabo es poner una alarma que te indique cuando ha llegado la hora de dejar aparcado el móvil y el ordenador.
- Establecer en casa ciertas normas como “en la mesa no se usa el móvil mientras se come o cena”. Hasta se puede renunciar a tener la televisión “de fondo” para que la desconexión digital sea completa.
No hay duda de que estamos ante un problema que es muy importante plantearse, ya que, al contrario de lo que algunos piensan, puede disminuir enormemente nuestra calidad de vida.
Y es que, aunque se trata de herramientas que pueden facilitarnos las cosas en muchos aspectos, también es cierto que se nos puede ir de las manos. Si consideras que ese es tu caso, te animamos a recurrir a un tratamiento adecuado con el que recuperar el equilibrio.