Las relaciones de pareja exigen un trabajo conjunto por parte de ambos miembros, pues el vínculo que se crea debe ser alimentado cada día para hacer crecer la relación y que merezca más la pena mantener el compromiso que caminar solo en la vida.
Una relación de pareja puede verse como un impulso para superar las dificultades que impone la vida y como un refuerzo para afrontar con mejores opciones los desafíos tanto individuales como en conjunto.
Adentrarse en una relación no implica, como tanto se dice, hallar esa media naranja, pues cada persona es una naranja completa y ha de, ante todo, hallar la fórmula para estar bien sola. La pareja es ese suplemento para ganar en felicidad, en plenitud, pero para ello hay que alcanzar una gran dosis de respeto, felicidad, cariño, comprensión y confianza mutua.
Hoy os proponemos algunos métodos para reforzar ese vínculo y que la relación sea más próxima, más plena. No se trata de ser la media naranja de esa otra persona, pero sí de que la compañía y el amor que hace brotar la relación ayude a ambos a avanzar, tanto personalmente como en conjunto.
Los juegos en pareja
Cuando hablamos de juegos para parejas no solo nos referimos a juegos populares, que también son una buena forma de pasar tiempo juntos y buscar momentos para reforzar el vínculo, sino en adaptar esas actividades a la propia relación.
Así, podemos acudir a versiones de juegos populares, como el Trivial, pero versionado para conocer más a fondo a la pareja. Esta misma idea es la que se puede seguir en juegos de flirteo, enamoramiento o simplemente actividades que animen a entender mejor a la pareja, cuáles son sus inquietudes, qué necesitan, sus estados de ánimo, sus objetivos… en definitiva, impulsar la pareja como núcleo vital.
Agradecer los pequeños detalles
Una metáfora que sirve bien para definir una relación es que es como una planta, la cual hay que regar cada día para que vaya creciendo y su estado sea saludable. Del mismo modo que hay que preocuparse por el estado de las plantas, pues de lo contrario acaban marchitándose, con las relaciones de pareja hay que hacer lo mismo.
Y una fórmula adecuada para esto es dar continuamente las gracias y tener pequeños detalles con la pareja, pues así se muestra bien que existe interés porque el vínculo se refuerce. La dinámica no consiste en resultar muy insistentes con el gesto de dar las gracias, sino mostrar agradecimiento porque todo funcione.
Así, si un miembro de la pareja es más hacendoso en las tareas del hogar que otro, es importante estar al tanto de ello y valorarlo. La mejor forma de agradecer esas acciones que sirven para impulsar la pareja es con buenas caras, con respeto mutuo, con pequeños detalles y con comprensión conjunta.
Repartir las tareas
Las relaciones sanas son aquellas en las que existe un reparto equitativo de las tareas. Esto no obliga a que los deberes domésticos sean exactamente iguales en cuanto a tiempo, duración y esfuerzo, sino que sean equiparables.
Es comprensible que un miembro de la pareja tenga atribuidas menos tareas en el ámbito doméstico porque sus obligaciones laborales fuera son más intensas, pero esto no debe dar pie a que todo el peso del trabajo en casa recaiga en la otra persona.
Hoy en día prácticamente todo el mundo trabaja fuera de casa, de modo que las tareas en casa han de repartirse para que ambos miembros de la pareja se sientan respetados y esto no suponga un freno en la relación.
Conocer a la pareja en profundidad
El primer consejo, el de los juegos en pareja, sirve para afianzar esta práctica, la de mostrar interés por la pareja y seguir conociéndola cada día. Los seres humanos nos autoexploramos cada día y vamos conociéndonos mejor a nosotros mismos con el paso del tiempo.
Si eso nos pasa a nivel individual, imagina cómo debe ser el proceso con la pareja. Por muy estable que sea la relación y muy avanzada que esté la pareja, siempre hay algo que no se conoce de esa otra persona, y el mejor modo de adentrarse en ese desconocimiento es mostrar interés. Nunca debemos asumir que lo sabemos todo sobre la pareja.