Aprender es un ejercicio con el que cohabitamos durante toda nuestra existencia. La adquisición de conocimientos gracias a los estudios, al ejercicio o a la experiencia no nos abandona desde el mismo momento en que tomamos el primer aliento. Para conocer los mecanismos que usa nuestro cerebro para aprender nacieron las teorías del aprendizaje.
El aprendizaje es un concepto que siempre ha generado muchas dudas y es difícil de encuadrarlo dentro de unos límites más o menos exactos.
Para poder afirmar que se ha procesado un aprendizaje, este debe permanecer estable en el tiempo, siempre deberá estar relacionado con la experiencia y variará en gran medida de cada persona y de cada situación.
Tal y como hemos iniciado este artículo, nacemos y crecemos en un constante aprendizaje, todo es experiencia ergo de todo se aprende. Y es en la interiorización de esa experiencia de las que nos valemos para no olvidar y tener sistematizada las acciones más sencillas, como pueden ser leer, encontrar el camino hacia la escuela o encender el motor de nuestro vehículo.
El aprendizaje no se limita a los contenidos que nos enseñan en el hogar o en la escuela, debemos incluir todos aquellos que nos enseñan a comportarnos en sociedad; aceptar, entender y asimilar las rutinas que las personas realizan en comunidad para no sentirse desplazados, como puede ser guardar cola para comprar un ticket para el cine, cruzar la carretera por un paso de peatones o ceder el paso si una señal así nos lo indica cuando vamos conduciendo.
Los profesionales de las teorías del aprendizaje. Howard Garner
El amplio campo que cubren los profesionales que tratan de discernir los misterios del aprendizaje engloban desde las disciplinas de pedagogía hasta psicología, incluyendo educación social, entre otras muchas. Y es que para entender cómo funciona la mente en este sentido es necesaria la confluencia de distintas ramas especializadas que nos aporten una visión global.
Con lo que cada una de las partes aporte, los investigadores estarán más cerca de entender los procesos para predecirlo y controlarlo, con el objetivo de mejorar la calidad de vida de las personas. Una de las salidas que tiene este conocimiento, y quizás la más importante, es la de diseñar programas educativos que se adapten con mayor precisión a los acontecimientos futuros y a las necesidades de esas generaciones que están por llegar.
Uno de los más eminentes estudiosos dedicado a las teorías del aprendizaje es Howard Garner, un psicólogo y pedagogo estadounidense que desarrolló, entre otros trabajos, la teoría de las inteligencias múltiples. Trabajos como este propiciarían cambios profundos en los modelos educativos a nivel global, principalmente debido a la conclusión que le llevó a exponer que la inteligencia no se debe reducir únicamente a la capacidad innata de solucionar problemas abstractos, sino que está compuesta de varias partes más que actúan entre sí, lo cual no impide que cada una por separado se adapte a las diferentes situaciones que cada individuo pueda enfrentar a lo largo de su vida.
Los siete tipos de inteligencia desarrollados por Gardner
Howard Gardner y su equipo, desde la Universidad de Harvard, distinguieron hasta siete tipos de inteligencias diferenciadas entres sí, según la zona del cerebro donde se desarrollaba. A este descubrimiento se le dedica un amplio reportaje en el programa televisivo La Aventura del Saber del que ofrecemos el enlace al final de este artículo.
Al primer de los siete tipos de inteligencias lo llamaron inteligencia lingüística – verbal, que no es otra cosa que la capacidad innata que tienen las personas para desarrollar y usar correctamente el lenguaje, apreciada con facilidad en aquellos niños a los que les gusta leer y contar cuentos y que fácilmente aprenden otros idiomas.
Al segundo tipo se le conoció como inteligencia lógico-matemática, y es como cabe suponer aquella capacidad para manejar con soltura los números y establecer relaciones lógicas. Forma parte innata de aquellos niños que resuelven fácilmente cálculos aritméticos y en aquellos adultos que se manejan con facilidad dentro de conceptos abstractos.
El tercero tipo, conocida como corporal – cinética, se refiere a la facultad que tenemos los humanos para expresar sentimientos e ideas con el cuerpo y hacer fácil el uso de las herramientas. Se encuentra sobre todo en aquellas personas especialmente hábiles con las manualidades, y también en aquellas con grandes aptitudes para el deporte y la danza.
Le sigue la inteligencia espacial, que es la que señala la capacidad para orientarse en el espacio, pero también para saber interpretar con claridad y rapidez planos, croquis, mapas y visualizar volúmenes representados en dos dimensiones.
La inteligencia musical sería el quinto de los siete tipos de inteligencia que desarrolló Gardner y, como cabe imaginar, es aquella que poseen las personas que son capaces de percibir, sentir y expresar el ritmo, el timbre y el tono de los sonidos musicales, así como crear composiciones musicales complejas.
Por último, se completaría este estudio con la incorporación al listado de la inteligencia interpersonal y la inteligencia intrapersonal. La primera le correspondería a aquellas personas que se comunican con facilidad con el resto de las personas y, además, consiguen empatizar con ellas, mientras que al segundo grupo pertenecerían aquellas que son propensas a la introspección, a la facilidad de utilizar el autoconocimiento y es aquella que permite expresar más fácilmente los sentimientos.
Aunque todavía se podría incluir, como hiciera este equipo algo más adelante, una octava inteligencia, aquella que se relaciona con la capacidad para establecer contacto con el entorno natural, con la naturaleza, relacionada con la empatía con los animales y aquellas personas a las que les es fácil conectar con la parte más primitiva de su propia naturaleza. Es una característica que formaba parte intrínseca de los primeros seres humanos, el nomadismo, la observación y percepción de los cambios climáticos, la percepción de ser observados, de captar el movimiento de otros animales, características propias de aquellos primeros pobladores en la que la observación del entorno era vital para su propia supervivencia.
En la actualidad, Gardner y su equipo siguen valorando la inclusión de nuevas vertientes desarrolladas con la civilización y el modo de vida actual, tales como la inteligencia espiritual y la digital.
Si le interesa este tema, puede completar la información vertida en este artículo visitando las siguientes fuentes:
https://es.wikipedia.org/wiki/Teor%C3%ADas_del_aprendizaje
https://www.esalud.com/teoria-inteligencias-multiples-gardner/
http://www.rtve.es/alacarta/videos/la-aventura-del-saber/aventura-del-saber-howard-gardner/1856341/